Cursor

mode

Language Support

logo
logo

Contacta

¿Qué puedes hacer para cambiar de altitud?

La altitud a la que nos movemos por la vida determina nuestros resultados. Saber qué hacer para cambiar de actitud es un tema crucial si queremos empezar a descubrir nuevas posibilidades en la forma de relacionarnos con nosotros mismos,  con  los demás y en la forma de alcanzar nuestros objetivos. Nuestra altitud no tiene nada que ver con lo que hacemos. Tiene que ver con nuestra actitud, con la forma en la que decidimos encarar un problema o situación. ¿Te ha pasado alguna vez tener la sensación de que tus emociones te “secuestran” y te quedas enganchado a una emoción negativa, que en vez de ayudarte a resolver la situación, la complica aún más? ¿Alguna vez has reprimido o negado tus emociones por no saber cómo gestionarlas? ¿Sabes que todas la emociones cumplen su función y tienen un sentido, como vimos con el miedo?¿Cómo valoras tu inteligencia emocional? Para cambiar de altitud, tenemos que estar comprometidos con querer hacerlo. Tenemos que querer cambiar nuestra perspectiva. Afrontar una situación de una forma distinta. Para ello, te propongo dos técnicas sencillas para cambiar de altitud: Respirar y cambiar tu actitud.

Viaje en globo

Respirar conecta el cuerpo y la mente. Es la única función corporal que puede ser totalmente voluntaria o totalmente involuntaria, totalmente consciente o totalmente inconsciente. A causa de ello, la respiración tiene dos consecuencias. La respiración inconsciente expresa el estado de tu cuerpo y de tu mente, y la respiración consciente influye en tal estado. Respirar es una poderosa herramienta que puedes usar para tomar el control en situaciones de estrés. Cuando estás estresado, tu respiración tiende automáticamente a volverse superficial e irregular. Puede que incluso aguantes respiración, lo que incrementa la tensión de tu cuerpo y de tu mente. El estrés tiende a producir una mala respiración, y la mala respiración incrementa el estrés. Es un círculo cerrado que puede arruinar tu serenidad y obstaculizar tu actitud. Por el contrario, una respiración profunda y regular puede reducir la tensión. Presta atención a tu respiración cuando te estés preparando para afrontar un reto o cuando notes que tus emociones te “secuestran”. ¿Es superficial, rápida, ruidosa o irregular? Si lo es, haz un esfuerzo consciente para respirar de forma más profunda, lenta, calmada y continua. Respirar de forma correcta requiere práctica. Dedica un tiempo a percibir las sutilezas de tu forma de respirar. Simplemente relájate y respira normalmente. Ponte una mano en el pecho y la otra en la tripa. ¿Se eleva el pecho o la tripa cuando respiras? ¿Dónde se encuentra la respiración? La próxima vez que estés estresado, observa si contienes la respiración. Aguantar la respiración es un problema muy frecuente. A medida que vas siendo más consciente de tu respiración, puedes empezar a intervenir en ella. Normalmente, una respiración de estrés tiene lugar en el pecho. Cuando estás relajado, el diafragma debería moverse hacia abajo al inspirar, sacando la tripa ligeramente  hacia fuera. Esto se llama respiración estomacal. La respiración estomacal ralentiza automáticamente el ciclo de la respiración, porque el proceso de inspirar-espirar lleva más tiempo. El estómago respira de forma continua y otorga la misma atención a la inspiración y a la espiración. Una respiración correcta envía inmediatamente al inconsciente el mensaje de que todo está bien y de que tú tienes el control. Una respiración correcta:

 

  • Disipa el miedo, la tensión y la ansiedad.
  • Dirige la atención hacia tu cuerpo y hacia la situación que tienes delante.
  • Oxigena la sangre, reduciendo el ácido láctico y el dióxido de carbono.
  • Mantiene el flujo principal de sangre hacia los músculos, en vez de derivarlo hacia los órganos internos.
  • Te integra: conecta el cuerpo, la mente consciente y la mente inconsciente.
  •  

Hay dos ejercicios que te ayudarán a obtener una mejor conciencia de tu respiración:

 

  • Espiración completa. Normalmente, respiramos demasiado superficialmente. El propósito de este ejercicio es llevar la respiración más profunda hacia el estómago. Haz una inspiración profunda y después suelta el aire. Sin inspirar, sigue soltando aire hasta que no te quede nada. La inhalación se producirá entonces de forma automática, y la respiración se extenderá hacia el estómago. Hacer este ejercicio varias veces te ayudará a obtener una respiración más completa.
  •  
  • Respiración deliberada. Simplemente concéntrate en respirar de forma continua , esté haciendo lo que esté haciendo. Con cada movimiento, saca el aire con tus músculos abdominales. Esto provoca que la inhalación sea automática y, por tanto, que el ciclo de la respiración sea más largo y profundo. Además, a mí me gusta escuchar la respiración soplando el aire por la boca. Hacer esto me sirve de indicación de que estoy respirando de forma continua.
  •  

 Puedes cambiar tu actitud o tu estado emocional implementando las relaciones conocidas entre la mente, las emociones y el cuerpo.

Puedes cambiar de altitud

Al igual que tus emociones ejercen influencia sobre tu mente y cuerpo, puedes utilizar tu mente y tu cuerpo para influir en tus emociones. En las personas “negativas” el proceso tiende a ser reactivo y es difícil de dominar, mientras que la gente alegre y activa tiene la capacidad de utilizar su mente y su cuerpo para producir emociones positivas. Puede parecer bastante simplista, pero si colocas el cuerpo de una forma positiva (postura correcta, cabeza alta y sonriendo) y piensas de forma positiva (agradecido por lo que tienes, evocando buenos recuerdos, centrándote en los objetivos futuros), te sentirás positivo y, de hecho, serás una persona más feliz en general. ¿Lo has probado alguna vez? Físicamente, para cambiar tu actitud, puedes adoptar una postura más relajada, puedes saltar o hacer algo físico, puedes cerrar con fuerza el puño al tiempo que exclamas «¡Sí!». Todas estas acciones físicas ejercerán un cambio rápido en tus emociones. Mentalmente, puedes volver a revivir grandes momentos en los que te sentiste bien, pensar en todo lo que has logrado en la vida, valorar tu buena salud o la suerte que has tenido de nacer en un país del «primer mundo», o visualiza los objetivos a medio o largo plazo que te motiven. Cambiar, en definitiva,  tu postura mental:

  • Adopta una actitud de posibilidad.
  • Utiliza palabras de poder que sean activas, no pasivas.
  • Guía tus palabras en una dirección eficaz.
  • Habla con preguntas.
  •  

Seguramente ahora podrás distinguir si tus emociones te están controlando o tú tienes el control de tus emociones. La gente feliz y los triunfadores (en el deporte, en la empresa o en la vida) son aquellos capaces de controlar sus emociones y modular a voluntad su nivel de entusiasmo. En nuestra frenética sociedad, y cuando estás participando en una actividad al aire libre,esta capacidad de modular las emociones es impagable. ¿Cómo haces tú para conseguirlo? ¿Qué haces cuando tus emociones te «secuestran»? ¿Cómo es tu respiración en momentos de tensión?

Viaje en globo
×